“Aquel día, caída la tarde les dijo:
-
Crucemos al otro lado.Dejando la multitud, se lo llevaron mientras estaba en la barca, aunque otras barcas estaban con él.
Entonces sobrevino un fuerte torbellino de viento; las olas se abalanzaban contra la barca, y ya la barca se iba llenando, él se había puesto en la popa, sobre el cabezal, a dormir.
Lo despertaron y le dijeron:
- Maestro ¿no te importa que perezcamos?
Una vez despierto, conminó al viento (y se lo dijo al mar):
- Silencio, estate callado!
Cesó el viento y sobrevino una gran calma.
El les dijo:
- ¿Por qué sois cobardes? ¿Aún no tenéis fe?
Les entró un miedo atroz y se decían unos a otros:
- Pero entonces, ¿quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?
Y llegó al otro lado del mar al país de los gerasenos.”
Comentario
y pistas para la oración
Jesús estaba
enseñando junto al mar a una multitud de gente judía pero decide dejar el lugar
y dirigirse hacia territorio pagano, al otro lado del mar. Va en la barca con
sus discípulos y otras barcas van con él. Los de las otras barcas son fieles
seguidores de Jesús, que han aceptado el mensaje en su totalidad y lo
acompañan. Sin embargo los discípulos se llevan a Jesús, en contra de su
voluntad. No dejan que los de las otras barcas acompañen a Jesús. Es como si
quisieran apoderar de Jesús.
Acto seguido
vemos la tempestad y a los discípulos muertos de miedo, creían que se ahogarían
todos. Lo peor es que Jesús, de manera incomprensible, está durmiendo, parece
que ha dejado a los discípulos solos ante el peligro.
Los
discípulos indignados lo despiertan. Pero no se dan cuenta que lo que ha
provocado la tormenta y el sueño de Jesús es su infidelidad, han querido
adueñarse del Maestro, han querido dirigir ellos el curso de la misión. Y
encima han dudado del amor que Jesús les tiene. Creen en su poder, pero le
tienen miedo, señal que no confían en el amor incondicional de Jesús, y además
están ciegos para percibir su infidelidad ¿por qué se han llevado al Maestro
sin contar con Él? ¿Por qué no han dejado que los de las otras barcas lo
acompañen?
-
Deja
que las palabras del texto resuenen en ti, las palabras que dice Jesús y las
que dicen los discípulos: “Crucemos al otro lado” “Maestro ¿no te importa que
perezcamos?” “¿Aún no tenéis fe?” “¿Quién es este que hasta el viento y el mar
le obedecen?”
-
¿Te
reconoces en las actitudes de los discípulos? ¿Crees que tienes deseos de
guardar solo para ti la experiencia que tienes de Jesús sin compartirla?
-
¿Confías
en Jesús?
- ¿Y si tú mismo estuvieras presente en la barca?
¿qué pasa ahí?
- Aunque tal vez prefieres quedarte en tierra,
o eres de los que
acompañan a Jesús en las otras barcas
Inma Fabregat
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